Poesía

Poesía (2)

Poemas

…man’s renewed birth
Fulke Greville


XVIII


Como una inmensa mano de monótono silencio
entra la noche.
El azul, hondo hasta lo negro, es un estanque
donde irrumpen y se esconden y se asoman y se esfuman
vacantes
los recuerdos.
Ni una gota de esperanza queda en mi plumaje
aterido
de tanto golpe, tanta lluvia, tanto viento.
Mi cabeza se sumerge, mis patas
bajo el agua
impulsan aguas acaso condenadas al olvido.
Pero otra vez se yergue el cuello, y el aire, el aire
busca mis pulmones.
Y la mano y la noche y el silencio
se despliegan.
Con un lento ademán de sombras largas que se alejan
en el horizonte
albea.

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Detrás de la luz

 

DETRÁS DE LA LUZ


V


A Ricardo Ribas
(1946-2015)


Detrás de la luz, vas, luz tú mismo,
completando los lugares y las cosas que dejaste:
el árbol que a la siesta hacías árbol de Tarzan;
la flecha certera del arco que tensaban
tus propias manos, los fuegos y cuentos
que alargaban las noches de verano;
la casa de madera que fundaste
junto al limonero y fue oficina
del sheriff, banco, guarida, club secreto;
la mesa ya tajeada en la que abrías
ranas y sapos y alguna culebra,
sólo por ver cómo eran;
y las moscas, las avispas, los zánganos
que guardabas en frascos intocables
observando;
y la mochila, la tienda, las botas
de adolescente andariego;
y los perros y gatos que curaste,
y las casas de vecinos que atendiste a medianoche,
y el hospital y sus pasillos urgentes,
y el quirófano de luces chatas donde un rostro
anónimo te cedía su esperanza.
Y tu calle, siempre tu calle, esa magia
en vos concentrada.
Ya no estás. Y aún así, sabemos,
habitas los lugares que habitaste
pero detrás de la luz.


(de Después del Sur)

IX

 

LAS COSAS

                                                                             A los que habitan en mí 

Parece que las cosas que un día fueron tuyas, a veces

al tocarlas tiemblan

como si quisieran renacer

o jamás, contigo, hubiesen muerto,

y esperan tu mano.

 

Porque sólo para nosotros has muerto, sólo para nosotros

has entregado tu vida a esa otra vida

que no abarcamos.

 

¿Dónde andarás,

que ya no completas el aire?

¿Dónde andarás,

que ya no estás en las horas?

 

Vives como se dice en el recuerdo y vivirás

mientras alguien aun sin querer te evoque               

en esos momentos de magia en que el mundo

se hace silencio y se detiene y tú apareces.

 

Y aún después del último

aliento de ese último

recuerdo que te lleva

estarán las cosas que fueron tuyas

y te esperan.

 

                                                                                              (de Después del sur)

 


XXIII


Sagrados
son los muertos
como el alba,
el alba sin sonido
que emerge irrevocable
tras la ventana oscurecida
que despierta la mañana como el aire
que nos envuelve con sus brazos
intangibles como la música encendida
clave silente que se escurre sin tempo
entre las manos fugaces
eternas
como el alba.


(de Desde el Alba)

 

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